Reconfortante, sabroso, nutritivo y saludable. ¿Te apetece un plato así de apetecible? Prepara esta receta de estofado de pavo con champiñones y disfrutarás con cada cucharada que te lleves a la boca.
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Estofado de pavo con champiñones, una receta fácil y reconfortante
A todos nos gusta disfrutar de platos reconfortantes y nutritivos. Por eso, cuando encontramos recetas como este pavo estofado con champiñones no hay que perderlas de vista y apuntarlas en nuestro recetario. Este guiso, en concreto, es fácil de preparar y queda muy sabroso.
Además, es un plato saludable que nos va a aportar las proteínas de la carne de pavo y la fibra de las verduras que lo acompañan. Los guisos con carne de pavo son una excelente alternativa a los elaborados con carnes rojas. El pavo es una carne blanca que, a diferencia de la carne roja, aporta menos grasa y más proteína.
Al tener menos grasa, la carne de pavo no es tan sabrosa como la de vacuno o la de cerdo. Pero eso no tiene por qué ser un problema. Podemos potenciar el sabor del guiso preparando un sofrito bien pochadito y sustancioso y empleando un caldo que sea rico. Si es un caldo casero, mucho mejor, como siempre. Tampoco te olvides de cocinar el plato a fuego lento durante un buen rato; así el pavo quedará mucho más tierno.
Si te gustan las recetas con carne de pavo, en el blog encontrarás otras opciones como este pavo guisado con verduras o unas ricas albóndigas de pavo saludables y buenísimas. También te propongo un primer plato o plato único, como prefieras, esta sencilla pasta con pavo y champiñones,
Ingredientes para hacer pavo estofado con champiñones
- 500 g de carne de pavo cortada en trozos
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 tomate maduro
- 225 g champiñones
- 100 g de pimientos del piquillo
- 350 ml de caldo de ave o caldo vegetal
- 30 g de aceite de oliva virgen extra
- pimienta negra
- sal
- 1 cucharada rasa de harina (opcional)

Cómo hacer este estofado de pavo saludable
- Comienza picando el diente de ajo finamente. Además, corta la cebolla en brunoise, es decir, en cubitos pequeños.
- Vierte un chorro de aceite en una cazuela grande. Añade el ajo, la cebolla y un poco de sal. Deja que se poche durante unos 5 o 6 minutos a fuego medio. Aprovecha para añadir también la hoja de laurel, que vaya soltando su aroma desde ya.
- Por otro lado lava y pela el tomate. Para retirarle la piel puedes escaldarlo o pelarlo con un pelador de verduras. Pícalo muy fino o rállalo. Añádelo a la cazuela y deja que reduzca durante unos 10 minutos. Remueve de vez en cuando para que no se pegue, aunque si se agarra ligeramente no pasa nada; aportará más sabor.
- Mientras, aprovecha para retirar los restos de tierra que puedan tener los champiñones con un trapo húmedo. Si ves que están muy sucios y el trapo no es suficiente, pásalos rápidamente por el chorro del grifo. Pártelos en trozos.
- Incorpora los champiñones al sofrito y dales unas vueltecitas para que impregnen de todos los sabores. Cocínalos unos minutos, hasta que veas que empiezan a encogerse. Eso es porque están soltando su agua.
- Corta los pimientos del piquillo y añádelos también.
- Si quieres que la salsa te quede algo espesita, incorpora una cuchada rasa de harina. Cocínala durante un par de minutos para eliminar el sabor a crudo.
- Añade los trozos de pavo salpimentados, sube el fuego y márcalos por fuera.
- Cuando no veas trozos de pavo crudos, vierte el caldo. Cuando rompa el hervor, baja el fuego, tapa la cazuela y deja que todo se cocine durante 30 minutos más o menos.
- Pasado este tiempo comprueba que el pavo está tierno. Menea un poco de la cazuela para que la salsa ligue. Rectifica de sal y sirve tu pavo guisado con champiñones recién hecho.


Más consejos para hacer pavo guisado con champiñones
Los guisos de pavo, pollo o carne suelen comenzarse marcando los trozos previamente antes de añadir el resto de ingredientes, y reservarlos. Yo no lo he hecho por simplificar la receta y que te sea más sencilla, pero lo cierto es que este gesto aporta un extra de sabor.
Evita el uso de cubitos de caldo concentrado, pues suelen estar cargados de sal y no ingredientes de baja calidad. Además, el sabor que aportan es muy artificial. Si no tienes caldo de verduras ni de ave, puedes hacer el guiso con agua y añadirle un chorrito de salsa de soja o salsa Perrins, por ejemplo, o un toque de hierbas provenzales.
Ajusta el espesor de la salsita a tu gusto. Si quieres que te quede más concentrado, deja estofar el plato un poco más para que el líquido se evapore. Si, por el contrario, te gustan las salsa más ligeras, incorpora un poco más de caldo al final