La salsa de tomate es un condimento delicioso. Sin embargo, cuando la preparamos en casa a veces nos queda demasiado ácida. Si quieres evitarlo, aquí tienes unos cuantos trucos para evitar la acidez de la salsa de tomate sin añadir azúcar.
La salsa de tomate, un condimento sabroso y saludable
Para condimentar nuestros platos de pasta, para alegrar un filete de pollo a la plancha, como base de un pisto… Los usos que tiene la salsa de tomate en la cocina son casi infinitos. Si la preparamos en casa con ingredientes de calidad, obtendremos un aderezo saludable, sabroso y natural. No se le puede poner un pero a esta salsa.
Por desgracia, los tomates realmente buenos solamente se dan durante los meses estivales. Aunque fuera de temporada es posible encontrarlos en el mercado, suelen ser más ácidos y tienen menos sabor. Estos defectos se trasladarán a cualquier salsa o elaboración que hagamos con ellos y pueden arruinar el resultado del plato final.
Algo parecido sucede cuando utilizamos tomates envasados o de lata. A estas conservas se les suele añadir ácido cítrico para alargar su duración, lo cual potencia aún más ese gusto propio de algunos tomates. Por lo tanto, es conveniente conocer algunos trucos para corregir una salsa de tomate demasiado ácida.
Trucos para evitar la acidez de la salsa de tomate
Uno de los métodos para evitar la acidez de la salsa de tomate, quizá el más popular, consiste en añadir azúcar. Es un gesto sencillo y rápido, pero poco saludable. No tiene sentido añadir calorías vacías a una salsa con un valor nutricional tan interesante. Por eso, vamos a ver otras alternativas para corregir la acidez del tomate sin azúcar. De hecho, con algunos de estos trucos te quedará una salsa de tomate frito aún más rica sin cabe.
Agrega bicarbonato de sodio
Empezamos por lo más sencillo. ¿Quieres saber cómo sacarle la acidez a la salsa sin azúcar de manera rápida? Una de las formas más fáciles de reducir la acidez de la salsa de tomate es incorporar una pizca de bicarbonato de sodio. El pH alcalino de este compuesto es capaz de neutralizar el pH ácido de los tomates.
Es importante recordar que el bicarbonato de sodio puede cambiar el sabor de la salsa, por lo que debes usarlo con moderación. Para no pasarte, empieza por una pequeña cantidad, prueba la salsa de tomate y añade más si lo consideras necesario.
Incorpora zanahoria
Otro truco para evitar la acidez de la salsa de tomate es incorporar un poco zanahoria finamente picada o rallada. Añádela al sofrito inicial, si es que tu salsa lo lleva, o al mismo tiempo que incorporas los tomates. La zanahoria tiene un sabor dulce natural y ayuda a equilibrar la acidez del tomate. Para camuflar su presencia, puedes triturar la salsa al final de su preparación. En ese caso la salsa se volverá más naranja, no por la presencia de la zanahoria, sino porque al batir estamos introduciendo aire en la salsa y adopta ese color.
Además de reducir la acidez del tomate, la zanahoria va a aportar vitaminas, minerales y fibra al plato. ¡Es una forma saludable y riquísima de mejorar el sabor de tu salsa de tomate!

Parte de un sofrito de cebolla
Cuando cocinamos lentamente la cebolla, esta libera sus propios azúcares, lo que le confiere de manera natural un sabor bastante dulzón. Esto convierte a las cebollas en unas magníficas aliadas para equilibrar la acidez en una salsa de tomate, al mismo tiempo que aportan otros matices de sabor.
Si quieres usar este truco, prepara tu salsa de tomate partiendo de una o varias cebollas pochadas a fuego lento con un poco de aceite de oliva. Cuando ya estén bien blanditas y con un color ligeramente dorado, añade los tomates troceados y el resto de ingredientes, si los hubiera. ¿Quieres aprovechar aún más esta cualidad de la cebolla? Utiliza una cebolla caramelizada sin azúcar. Se tarda un poco más en preparar, pero no habrá tomate ácido que se te resista.
Añade un poco de leche o nata ligera
Otra forma de reducir la acidez de la salsa de tomate es agregar una pequeña cantidad de leche, crema de leche o nata ligera. La leche es un producto ligeramente alcalino y puede neutralizar la acidez de la salsa de tomate. Añade un par de cucharadas, remueve bien y prueba tu salsa. Si lo crees necesario, repite la operación.
La desventaja que tiene esta opción para evitar la acidez del tomate es que no es apta para todo el mundo. No es aplicable en el caso de las personas veganas o de aquellas que no puedan tomar lácteos.
Usa tomates maduros
Usar tomates maduros es una excelente manera de conseguir una salsa de tomate menos ácida, pues contienen menos ácido cítrico. A medida que los tomates maduran, los niveles de ácido cítrico disminuyen y el contenido de azúcares aumenta, lo que reduce la acidez y le da un sabor más dulce y equilibrado a la salsa.
Además, los tomates maduros tienen una textura más suave, lo que hace que sea más fácil convertirlos en una salsa sedosa y de agradable sabor. Para conseguir la mejor salsa de tomate, es recomendable buscar tomates maduros, firmes, de piel brillante y color intenso. Estos contienen de manera natural una mayor cantidad de azúcares naturales que los tomates menos maduros.
Y aquí va un truco extra. Para obtener la mejor salsa, procura pelar y despepitar los tomates antes de cocinarlos. Las pepitas pueden aportar un toque amargo, además de una textura poco agradable.