Alternativas a la sal saludables: reduce su consumo

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Reducir el consumo de sal es un gesto muy recomendable para la salud, lo cual no significa que se deba comer soso. Existen muchas alternativas a la sal que te permitirán aportar sabor a tus platos de manera saludable.

Por qué es conveniente consumir menos sal

El exceso de sal en la dieta es todo un enemigo para nuestra salud. Consumirla en exceso puede desembocar en problemas como hipertensión arterial o accidentes cardiovasculares. Por esa razón, médicos y nutricionistas nos recuerdan constantemente la necesidad de reducir su consumo.

Sin embargo, controlar la ingesta de sodio a través de la alimentación no tiene que ser sinónimo de comer soso o no poder disfrutar de nuestros platos favoritos. Todo lo contrario, pues existen diversas fórmulas para añadir sabor a las comidas de manera saludable.

La sal contiene alrededor de un 40 % de sodio, un mineral es necesario para el correcto funcionamiento del organismo. Sin embargo, cuando se ingiere en exceso puede acabar originando diversas enfermedades, algunas de ellas graves. Por esta razón es conveniente consumir menos sal.

Una de las patologías que con más frecuencia origina el consumo excesivo de sodio es la hipertensión arterial. El exceso de sal en la dieta provoca la las paredes de las arterias se vuelvan rígidas y menos capaces de responder a los cambios de presión en el flujo sanguíneo.

Además, la propia hipertensión arterial también aumenta el riesgo de sufrir ictus cerebral e infarto.

Demasiada sal en la dieta también puede producir una sobrecarga en los riñones, aumentar el riesgo de padecer osteoporosis, úlcera gástrica… Asimismo, favorece la retención de líquidos en los tejidos.

No todas las alternativas a la sal son saludables

No obstante, al pensar en alternativas a la sal, se debe evitar caer en el error de elegir opciones que, aunque en principio puedan parecer mejores, realmente no lo son. Por poner un ejemplo, la salsa de soja o las sales de hierbas no son opciones saludables. Tampoco lo son todo este amplio abanico de sales que ahora encontramos en el mercado como la sal del Himalaya o la flor de sal.

Es más. Es posible que, seducidos por la posibilidad de estar ante alternativas saludables a la sal, acabemos añadiendo más cantidad de la necesaria y al final consumamos incluso más cantidad de sodio que simplemente añadiendo sal.

También cabe recordar que la mayoría de productos procesados contienen un exceso de sal, aunque su sabor no sea particularmente salado. En este sentido se debería evitar condimentar los platos con preparados o salsas industriales tipo mahonesa, ketchup, salsa barbacoa…

Sal y especias
Sal y especias

Alternativas a la sal saludables para que tus platos no queden sosos

¿Entonces, qué se puede usar en lugar de la sal? En realidad no existe ningún sustituto de la sal como tal, aunque sí hay otros alimentos que nos pueden ayudar a añadir sabor a nuestros platos. Veamos las alternativas a la sal que existen.

  • Plantas aromáticas. Son de las mejores alternativas a la sal. Orégano, tomillo, albahaca, romero, eneldo, salvia, hierbabuena, menta, cilantro, perejil… Las plantas aromáticas son las mejores aliadas para complementar y realzar el sabor de nuestros platos. Se pueden utilizar tanto frescas como secas. Estas últimas tienen una fecha de caducidad muy amplia, lo cual hace muy práctico su uso.
  • Frutos secos (sin sal). Aportan sabor y un delicioso toque crujiente a nuestras recetas. Si los tuestas previamente, ese sabor se intensificará.
  • Levadura nutricional. Se utiliza mucho en la cocina vegana por tener un sabor que recuerda al queso. Pese a que su gusto es salado y sabroso, tiene un contenido en sodio muy bajo. Empléala para condimentar platos de pasta, para enriquecer salsas y ensaladas o para aportar un toque de sabor a los rebozados, por ejemplo.
  • Especias. Es una de las alternativas a la sal más empleadas. Al igual que ocurre con las plantas aromáticas, existen numerosas especias que pueden resaltar el sabor de los alimentos. Algunas de las más populares son el curry, la cúrcuma, el comino, la nuez moscada, el clavo, la canela, la pimienta…
  • Ajo y cebolla. Pueden añadirse tanto frescos como secos. Son una gran fuente de sabor y tienen cabida casi en cualquier plato.
  • Vinagre o limón. Estos condimentos aportan un toque ácido capaz de despertar los sabores naturales de muchos alimentos. Utilízalos en ensaladas, platos de pescado, pollo, hummus
  • Picante: chile, guindilla, Tabasco, cayena… Siempre que no exista algún otro problema de salud que lo desaconseje, los condimentos picantes son muy buena opción para aportar intensidad de sabor a nuestros platos.

Al margen de especias y condimentos que podamos añadir a nuestras preparaciones, existen otros trucos que podemos incorporar en nuestra manera de cocinar. Una de ellas es, por ejemplo, optar por formas de cocción que aportan más sabor a los alimentos, como el cocinado a la plancha, al horno…

Es decir, todas aquellas técnicas culinarias que impliquen dorar o marcar la materia prima, aportarán más sabor. Por ejemplo, si a la hora de hacer una crema de verduras o un sofrito, doras bien los vegetales, el plato final será más sabroso.

Cuál es el mejor sustituto de la sal

No es posible determinar cuál es el mejor sustituir de la sal, pues dependerá de los gustos personales. Además, en función de la receta que se esté preparando, se deberá escoger la alternativa a la sal que mejor combine con esos alimentos.

En cualquier caso, como se indicaba más arriba, debemos evitar aquellos sustitutos de la sal que dan la falsa sensación de que estamos ante un condimento más saludable. Especial cuidado se debe tener con todos esos alimentos que no tienen un sabor especialmente salado, pero que esconden cantidades elevadas de sodio entre sus ingredientes.

Reduce en consumo de sal poco a poco

Cuando una persona está muy acostumbrada al sabor salado de las comidas, eliminar complemente su presencia de un día para otro puede resultar demasiado drástico. Incluso, es posible que sea muy difícil mantener en el tiempo este nuevo hábito, lo que, a la larga, resultaría contraproducente.

Por tanto, es muy recomendable que la deshabituación a la sal sea paulatina. De esta manera, el paladar tendrá tiempo para acostumbrarse a esa ausencia de sodio y, poco a poco, aprenderá a apreciar los sabores naturales de los alimentos. En en sentido, podría afirmarse que una de las alternativas a la sal podría ser la paciencia a la hora de adoptar nuevos hábitos.

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