10 alimentos que no se deben guardar en la nevera

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Si llegas de la compra y metes los siguientes alimentos en la nevera… ¡atención! No los estarás guardando de la manera correcta. Descubre qué alimentos debes conservar en el frigorífico y cuáles no.

Qué alimentos que no se deben meter en la nevera

Con el fin de mantener nuestros alimentos en buen estado durante el mayor tiempo posible, a menudo recurrimos a la refrigeración como el método principal para lograrlo. Sin embargo, no todos los productos que compramos frescos necesitan frío para su conservación. En algunos casos es contraproducente, de hecho.

Algunos alimentos no se deben guardar en la nevera porque pueden sufrir alteraciones en su sabor, textura y propiedades si se almacenan en temperaturas demasiado bajas. Cuando se trata de frutas, estas no llegarán a madurar, por ejemplo. El frío y la humedad de nuestro refrigerador, incluso, pueden provocar que algunos alimentos nos duren menos tiempo. Así que estaremos logrando el efecto contrario al deseado.

Pero es que, además, almacenar en el refrigerador alimentos que no lo necesitan, puede ocasionar un gasto de energía innecesario, ya que la nevera deberá trabajar más para mantener esos productos fríos.

¿Entonces, qué alimentos guardar en la nevera? Pues no todos los que imaginas. Aquí tienes una lista con esos productos que es mejor que dejes en la despensa para preservar su calidad y disfrutar al máximo de su sabor. Tomando nota de estas recomendaciones, no solo sacarás el máximo partido a tu cesta de la compra, sino que contribuirás a evitar el desperdicio de alimentos en casa.

Tomates

Cuando nos preguntamos qué no meter en la nevera pocas veces pensamos en los tomates. Pero, aunque pueda parecer intuitivo almacenarlos en la nevera para prolongar su frescura, en realidad, la refrigeración puede afectar su sabor y textura. El frío provoca que los tomates pierdan su sabor, al mismo tiempo que su carne se volverá más harinosa.

Para conservarlos en buenas condiciones, guárdalos a temperatura ambiente en un lugar fresco y oscuro, lejos de la luz directa del sol. Para disfrutar de su delicioso sabor es preferible que vayas a comprar tomates con más frecuencia que intentar conservarlos en la nevera durante días.

Plátanos

¿Y qué frutas puedo guardar en el refrigerador? Pues los plátanos son otro ejemplo de alimentos que no deben ser refrigerados. El frío puede ralentizar el proceso de maduración y hacer que la piel se vuelva oscura, aunque la fruta en su interior no esté madura. Si deseas que los plátanos maduren, es mejor mantenerlos fuera de la nevera. Si ya están maduros y quieres alargar su duración, puedes refrigerarlos, pero ten en cuenta que la piel se oscurecerá.

Si has comprado plátanos de más y no tienes cómo darles salida antes de que se echen a perder, pélalos, trocéalos y procede a congelarlos. Aunque luego no los podrás consumir como si fueran frescos, te servirán para preparar helados, smoothies y batidos de plátano deliciosos.

Aguacates

Los aguacates son una fuente de grasas saludables y son muy versátiles en la cocina. Sin embargo, la nevera no es el lugar ideal para almacenarlos. El frío puede hacer que pierdan sabor y, además, se frenará su proceso de maduración natural. Si tienes aguacates sin madurar, déjalos a temperatura ambiente hasta que estén listos para consumir. Una vez maduros, eso sí, puedes refrigerarlos si no planeas comerlos de inmediato.

Chocolate

La nevera no es el lugar más adecuado para guardar el chocolate, pues la manteca de cacao se cristalizará y el producto se volverá blanquecino. Aunque el frío no provoca que el chocolate se “ponga malo”, sí afecta negativamente a su textura e, incluso, al sabor. Y es que, al ser un producto graso, el chocolate puede absorber olores y sabores de otros alimentos en la nevera.

En lugar de meterlo en la nevera, guarda el chocolate en la despensa, en un lugar seco y oscuro. Solo en caso de que la temperatura ambiental sea tan alta que vaya a derretir el chocolate se podría refrigerar. Sufrirá las consecuencias del frío, pero al menos lo podrás comer sin que se deshaga en tu mano. Esto es aplicable para cualquier tipo de chocolate: negro, con leche o blanco.

Tabletas de chocolate, alimentos que no se deben guardar en la nevera
Tabletas de chocolate

Cebolla

Las cebollas no necesitan la refrigeración para mantenerse frescas. De hecho, la humedad de la nevera provoca que se echen a perder antes. Almacénalas en un lugar fresco, seco y oscuro, preferiblemente en una cesta o rejilla que permita la circulación de aire.

Ajo

Al igual que la cebolla, el ajo también debe ser almacenado en un lugar fresco y seco. La humedad de la nevera puede estimular el crecimiento de brotes en el interior de los dientes de ajo. Para no complicarte, puedes guardarlo junto con las cebollas.

Miel

La miel es un alimento naturalmente duradero y no necesita refrigeración. Lo único que conseguirá el frío es endurecerla y alterar su textura. En lugar de eso, guárdala en un lugar fresco y oscuro. Si la miel se cristaliza con el tiempo, simplemente colócala en un baño de agua tibia para que vuelva a su estado líquido.

Patatas

Las patatas son un alimento que debe ser almacenado en un lugar fresco y oscuro, pero nunca en la nevera. El frío puede convertir el almidón presente en las patatas en azúcares, lo que afecta su textura y sabor al cocinarlas. Una cesta o cajón en una despensa será el lugar perfecto para mantenerlas en óptimas condiciones.

Jamón serrano o ibérico

El jamón serrano o ibérico no necesita ser refrigerado en la mayoría de los casos. Idealmente, debería ser almacenado en un lugar fresco y seco. La refrigeración le hará perder su delicioso sabor.

Quesos curados

Los quesos curados, como el queso parmesano o el manchego, tampoco necesitan ser refrigerados. La nevera puede secarlos y afectar su sabor. Es mejor almacenarlos en un lugar fresco y oscuro, envueltos en papel encerado o en algún recipiente.

En conclusión, la nevera es uno de los electrodomésticos imprescindibles en toda cocina para mantener los alimentos frescos, pero no es el lugar adecuado para todos. Algunos pueden perder sus cualidades distintivas si se almacenan en temperaturas demasiado bajas. Mantener una despensa organizada y adecuadamente ventilada es clave para preservar la calidad y el sabor de todos alimentos que llegan a tu casa.

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